miércoles, 29 de junio de 2016

Old habits die hard.

¿Quiero hacer esto toda la vida? No sé qué englobaría «esto» pero la respuesta es no.
La mayoría de los días me despierto con una sensación rara, como de cansancio, hartazgo y preocupación. Hay veces en las que profundizo ese pensamiento y me acongojo. Otras en las que no. Casi siempre pienso en posibles soluciones, salidas o alternativas. Me pierdo en esas ideas, llego a las mismas conclusiones de siempre y me termino cansando.
Hace unos meses empecé a incorporar a mis mañanas pensamientos positivos obligatorios, vueltas que con muy poco se convierten en ganas. Ganas que a su vez pasan a acción y matan los malos hábitos. No sé bien qué cambios fui haciendo y cuánto significaron. Ahora leo más, escribo y dibujo. Sigo una rutina de ejercicios, corro y también me cuido en las comidas. Estoy trabajando en mi casa con un entusiasmo que para mi antes no existía. Hoy amo, que no es poco. Estoy feliz y sé que no es pasajero.
¿Quiero hacer esto toda la vida? No sé qué englobaría «esto» pero la respuesta es sí.

lunes, 13 de junio de 2016

Práctica.

Hoy me encontré practicando un discurso que voy a (y quiero) dar en unos años. Y fue genial.

Lista.

No sé cómo hará el resto del mundo, pero yo manejo casi todo en la vida haciendo listas. Tengo algunas fijas que incluyen metas, sueños, logros, y otros aspectos no tan modificables. También están las dinámicas como la del supermercado, agenda semanal, actividades diarias, recordatorios, etc.
Me sirve y funciono así. No es que vivo leyéndolas pero suelen ser mi vía para no descarrilar y entrar en un caos evitable. No sé de qué otra manera podría hacerlo y hasta ahora no tengo mayores problemas. Incluso me divierte.
Mi novia y yo vivimos en ciudades distintas, ella en Capital Federal y yo en Bahía Blanca. Los dos trabajamos, ella estudia, tenemos amigos y una vida relativamente común como todos. Obvio que por logística estar juntos es un pequeño, y hermoso, trámite. Cada vez más natural y fluido, pero trámite al fin. La semana previa a vernos siempre hago una lista que por ahora es mi preferida. Incluye ropa que tengo que tener lista, algunos planes, cosas que comprar (mini regalo, un gin, remedios, forros), afeitarme así estoy como a ella le gusta, reservar restaurantes, etc. Es casi como organizar vacaciones y eso me encanta. Me di cuenta que con ella, por ahora, vivo de vacaciones.
Hoy empecé una nueva lista porque en cinco días nos vemos y no puedo aguantar a tachar todos los ítems que tiene. El primero es decirle que tengo muchas ganas de verla. Lo tacho.

sábado, 11 de junio de 2016

Tip.

Siempre hay que tener un deseo a mano por si te cruzás con una vela prendida e indefensa.

jueves, 9 de junio de 2016

Tiempo.

Fui el tercer hijo que venía.
Fui Melisa porque todavía no sabían que iba a ser varón.
Fui el hermano menor y muy querido.
Fui niño Jesús en un acto escolar.
Fui el preferido de la maestra.
Fui abanderado.
(Un día me) fui del jardín.
Fui Coco, Coquito, Cucuza, Zucuco, Lolo y un montón más.
Fui sobrino, nieto y ahijado preferido.
Fui creciendo.
Fui el orgullo de papá.
Fui el que no elegían para jugar al fútbol.
Fui el que elegían para jugar al basquet.
Fui, me pegaron una piña y volví sin un diente.
Fui a la dirección.
Fui el primero de alguna novia.  
Fui un montón de indecisión.
Fui el «¿qué hace este durmiendo acá?» de un viaje de egresados.
Fui amigo.
Fui testigo.
Fui novio que no funcionó.
Fui egresado de publicidad.
Fui y organicé mis primeros viajes.
Fui y me presenté en un trabajo.
Fui y presenté la renuncia.
Fui acompañante de viajes de papá.
Fui acompañante de tardes con mamá.
Fui y me presenté en un nuevo trabajo.
Fui planes.
Fui y me animé.
Fui y no me animé.
Fui un montón de cosas. Soy un montón de algunas de esas que dejaron algo. Soy un montón de otras que quiero ser.
Soy yo.
Soy yo cuando estoy con vos.
Soy planificando.
Soy el amor de mi vida del amor de mi vida.
Soy como me sale y espero que esté bien.
Seamos, ¿dale?

domingo, 5 de junio de 2016

Real.

Qué lindo es darse cuenta que algo que sentís es real. Descubrís que podés tocarlo aunque no estés cerca, sentirlo como nunca lo habías sentido y necesitarlo de una manera que hasta ahora ni imaginabas.
Hoy escribí sobre lo que me está pasando últimamente. Fue un montón y fluyó con una naturalidad a la que no estoy acostumbrado. Como no podía ser de otra manera, fiel a mi torpeza, se borró, la aplicación que estaba usando no grabó los cambios y se perdió todo. No pasa nada.
Recién, en otra de las casualidades cósmicas, magias gitanas o predisposiciones favorables leí un tweet que decía algo más o menos así: La verdadera plenitud se logra cuando lo que pensás, sentís, lo que querés y lo que sos apuntan para el mismo lado.
Esas veintidós palabras me sacudieron un poco como para decirme que por ahí voy. Yendo. Enamorado y tan real que me dan ganas de sonreír porque sí. Y que ella pregunte de qué me río.

viernes, 3 de junio de 2016

Abrir y cerrar.

No sé absolutamente nada de cerrajería. De hecho soy muy malo en cualquier actividad que requiera habilidades manuales y/o mecánicas.
Hoy hice algo en lo que soy un poco (tampoco hay que exagerar) mejor. Le escribí a una amiga de toda la vida con la que tuve una pelea el año pasado. Una discusión mínima que derivó en cosas feas que me tuvieron muy mal durante algún tiempo. Después de meses de pensarlo, intentar conciliar por otro lado o ver si la cosa se recomponía sola me pareció sano (o de cagón) escribirle por WhatsApp, contarle cómo me había sentido este último tiempo, qué pensaba, qué sabía de ella y lo que me generaba la situación.
Estoy aliviado. Creo que ni arreglando la cerradura de una puerta de mi casa podría lograr este estado. Todavía no me contestó pero a decir verdad creo que no lo necesito. Ya entré.

jueves, 2 de junio de 2016

miércoles, 1 de junio de 2016

Tranquilidad.

Los primeros días del 2016, como casi todo el mundo, los usé para ver dónde estaba parado y qué quería. Me di cuenta que necesitaba tranquilidad y esa fue mi propuesta anual.
Aunque no parezca este año hice mucho. Tuve un montón de cambios hermosos, algunos forzados y otros voluntarios.
Promediando la mitad del año siento que estoy cargado de preocupaciones. Que todo lo que hice fue poco, que no salí de cosas que tenía que salir y que entré en algunas que no tendría que haber entrado.
Promediando la mitad del año me doy cuenta que todavía tengo tiempo y ganas. Y eso es más que suficiente.