domingo, 5 de junio de 2016

Real.

Qué lindo es darse cuenta que algo que sentís es real. Descubrís que podés tocarlo aunque no estés cerca, sentirlo como nunca lo habías sentido y necesitarlo de una manera que hasta ahora ni imaginabas.
Hoy escribí sobre lo que me está pasando últimamente. Fue un montón y fluyó con una naturalidad a la que no estoy acostumbrado. Como no podía ser de otra manera, fiel a mi torpeza, se borró, la aplicación que estaba usando no grabó los cambios y se perdió todo. No pasa nada.
Recién, en otra de las casualidades cósmicas, magias gitanas o predisposiciones favorables leí un tweet que decía algo más o menos así: La verdadera plenitud se logra cuando lo que pensás, sentís, lo que querés y lo que sos apuntan para el mismo lado.
Esas veintidós palabras me sacudieron un poco como para decirme que por ahí voy. Yendo. Enamorado y tan real que me dan ganas de sonreír porque sí. Y que ella pregunte de qué me río.

2 comentarios: